Urgayo y la revisión de la vista

Urgayo, Felino y Gorgo salieron a saltar en los charcos de barro. Gorgo salió corriendo, se resbaló y perdió sus gafas.

─ ¿Dónde están mis gafas? ¡No veo nada! – dijo Gorgo

Felino las encontró. Las gafas estaban muy sucias, así que las limpió y se las puso.

 ─ ¡Qué tonto Felino, pero si tú tienes buena vista! ¿Por qué te pones las gafas? ─ le preguntó Urgayo.

 ─ Las necesito porque últimamente no veo muy bien ─ respondió Felino.

─ Entonces dale las gafas a Gorgo que son suyas y vamos a la óptica para que te miren a ti la vista ─ dijo Urgayo. Seguir leyendo «Urgayo y la revisión de la vista»

Sandía, Fresa y Coco se pierden en la luna

Sandía, Fresa y Coco querían ir a la luna porque su amigo Fredo les había dicho que era como un gran queso fresco.

Durante unos días estuvieron preparando las cosas para el viaje. Lo primero que buscaron fueron los trajes que usarían para andar por la luna. Seguir leyendo «Sandía, Fresa y Coco se pierden en la luna»

Yo también corro

Truchis y Trichichas se habían despertado eufóricos. Hoy era el gran día. Iban a correr la maratón de Valencia. Nada más despertarse llamaron a sus amigos los ripiñacas Plumero, Luchoron y Laon para decirles que fueran a verlos a la carrera.

─ Claro que sí, cogeremos el Patobús de las 8 de la mañana. Estaremos en Valencia en una hora y media ─ dijo Plumero.

─ Vale, que alegría. Podéis vernos cuando pasemos por el parque del centro de la ciudad ­─ dijo Truchis. Seguir leyendo «Yo también corro»

El lagarto mariposa que quería volar

Pimientón era un lagarto mariposa muy dormilón. Se pasaba todo el día durmiendo y se despertaba por la noche. Una noche, nada más despertarse, salió corriendo muy rápido en busca de su amiga Seuya, una rata del bambú.

– Seuya!! Ayer me picó un mosquito acuático y no paro de rascarme todo el rato. ¿Qué puedo hacer? – preguntó Pimientón.

– No te preocupes, la picadura se curará sola y dejará de picarte – contestó Seuya. Seguir leyendo «El lagarto mariposa que quería volar»

Cucefor es cucefor

En esta historia incorporamos dos novedades. Sergio ha dado un salto más y, ahora, se ha convertido en ilustrador de su propio cuento. Cucefor, el protagonista del cuento, ha sido dibujado por él mismo. ¡Es magnífico!

Además, compartimos un pequeño vídeo con un extracto de nuestro proceso de creación literaria.

Cucefor es cucefor

Había una vez un monstruo que se llamaba Cucefor. Cucefor estaba solito y necesitaba algo para comer. Después de andar mucho tiempo buscando comida, se encontró un trozo de carne con una flor llena de fuego. Cuando el monstruo miró la carne se le cayó la baba. La carne tenía una pinta deliciosa y Cucefor una sonrisa de oreja a oreja.

Mientras se comía la carne vio algo extraño. Cerca de un gran roble, apareció un monstruo bola de moco gigante.Cucefor salió corriendo y fue a contarle lo que acaba de ver a sus amigos Uhtafor y Cucerex. Seguir leyendo «Cucefor es cucefor»

El buitre Federico

En el cuento de hoy, Sergio usa recursos de otras tres historias. Conforme me iba narrando los detalles, he ido identificando trozos de una historia de Gloria Fuertes, de personajes del Diario de Anne Frank y del álbum ilustrado «Voy a comedte».

Sergio no deja de sorprenderme. Es un gran lector y oyente de historias. Lo que compartimos no cae en saco roto. Seguir leyendo «El buitre Federico»

Sam, el perro (una historia de Sergio)

Hace tiempo que Sergio además de leer con cierta soltura, dibuja y crea sus propias historias. Su producción artística y literaria (formato gráfico) es considerable.

Siempre he tenido en mente buscarle un hueco a esa faceta de Sergio en este blog que escribimos juntos. Los acontecimientos de ayer han acelerado el ritmo y hoy estamos estrenando una nueva sección que se llama «Historias de Sergio».

Ayer, Sergio salía de la sesión, con una de sus terapeutas, con una hoja escrita a ordenador, en letras mayúsculas, que se titulaba «Por fin llegan las vacaciones». Era una historia suya, inventada por él. Nada raro. Es habitual que, en su día a día, relate historias continuamente. Lo interesante de todo esto fue la dinámica de la actividad. Mientras Sergio relataba en voz alta su historia, su terapeuta iba escribiéndola trabajando, de manera invisible, la expresión oral y escrita, la comunicación, la atención, la creatividad, la inflexibilidad (a veces -aunque sea en muy pocas ocasiones- hay que reconducir la historia para no perder mucho el hilo y Sergio tiene que aceptarlo – entra en juego la negociación-), …

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