En esta historia incorporamos dos novedades. Sergio ha dado un salto más y, ahora, se ha convertido en ilustrador de su propio cuento. Cucefor, el protagonista del cuento, ha sido dibujado por él mismo. ¡Es magnífico!
Además, compartimos un pequeño vídeo con un extracto de nuestro proceso de creación literaria.
Cucefor es cucefor
Había una vez un monstruo que se llamaba Cucefor. Cucefor estaba solito y necesitaba algo para comer. Después de andar mucho tiempo buscando comida, se encontró un trozo de carne con una flor llena de fuego. Cuando el monstruo miró la carne se le cayó la baba. La carne tenía una pinta deliciosa y Cucefor una sonrisa de oreja a oreja.
Mientras se comía la carne vio algo extraño. Cerca de un gran roble, apareció un monstruo bola de moco gigante.Cucefor salió corriendo y fue a contarle lo que acaba de ver a sus amigos Uhtafor y Cucerex.
– He visto un monstruo bola de moco gigante. No tenía pinta de ser muy bueno – dijo Cucefor.
– Vale, deberíamos coger un vehículo para ir buscarlo – dijo Uhtafor.
– Detrás de ese gran tanque tengo un jeep que podemos coger – dijo Cucerex.
– ¡Vamos corriendo! ¡No podemos perder más tiempo! – exclamó Cucefor.
Rápidamente se montaron en el jeep:
– ¿Dónde queréis que os lleve? – preguntó Joquebe (que así es como se llamaba el jeep).
– Tienes que llevarnos muy lejos de aquí. Vamos a darle caña. Tenemos que ir en dirección al bosque – respondieron los tres amigos al mismo tiempo.
– Yeeeeeeejaaaaaaaaaa!!!!! – gritaron todos.
El jeep iba tan rápido que Cucefor empezó a encontrarse fatal. Creía que iba vomitar. Pero, de repente, se cruzó en el camino un puzzle monstruo. Gracias al frenazo que dio el jeep pudieron esquivar a ese monstruo tan raro.
– ¿Habéis visto a ese puzzle monstruo? Es muy difícil verlos, siempre andan escondidos – dijo Cucefor
– Joooo, tío!!! Ese monstruo no existe. Solo se ven en el cuento de superhéroes como blancanegras y los siete jorobados de notredame – dijo Cucerex.
– Bueno bueno, los monstruos a veces existen y a veces no – volvió a decir Cucefor.
Cucefor y sus amigos siguieron su camino en busca del monstruo bola de moco. Si no lo encontraban pronto se iba a comer todos los robles del bosque y eso sería un desastre.
El jeep no paraba de subir y bajar montañas. Cuando todo parecía más tranquilo, apareció otro monstruo. Era el monstruo de los árboles, un monstruo muy malo y, para colmo, estaba enfadado. Uhtafor intentó calmarlo acariciándole la cabeza. Pero el monstruo no se tranquilizó y rugió con todas sus fuerzas. Tenía toda la boca llena de hojas y muy malas pulgas. Otra vez, los tres amigos tuvieron que salir corriendo de allí. Menos mal que el jeep Joquebe corría mucho.
Tras la huida, fueron a descansar al pantano. Al bajarse del jeep se llevaron una gran sorpresa. El monstruo bola de moco estaba durmiendo una siesta. Había comido muchos robles. Cucefor fue hacia él con mucho cuidado para atacarlo con sus cuernos, pero el malvado monstruo se despertó y le dio un gran barrigazo. Cucefor se levantó del suelo sollozando, llorando lágrimas rosas.
– Cucefor, no llores. Toma un pañuelo para sonarte la nariz – dijo Cucerex.
Cucefor agarró el pañuelo y sonó sus mocos con mucha fuerza. ¡Mooooooooocccccc! El pañuelo se llenó todo de mocos con purpurina. Cuando el monstruo bola de moco vio el pañuelo lleno de purpurina se que quedó alucinado, nunca había visto unos mocos así. Tanto le gustó, que terminó siendo amigo de Cucefor.
Uhtafor y Cucerex no se lo podían creer.
PROCESO DE CREACIÓN
Queremos compartir con todos y todas nuestro momento de creación literaria. Como podréis comprobar el autor no me deja mucho margen de maniobra, me tiene controlado y me corrige cuando me salgo un poco de su idea 😉
Sergitok Gómez Quinterillo y papá (13 de mayo de 2018)
Hola, Sergitok y David. Me lo he pasado en grande leyendo la historia de Cucefor y viendo el video. Está claro dónde está el alma creativa en esa asociación que tenéis.
Cucefor es Cucefor, no se me ocurre mejor título para empezar una saga. Y el pasaje del puzzle monstruo que desaparece al instante de aparecer, visto y no visto, es genial… a veces existen y a veces no, todo un universo emocional encerrado en una frase tan sencilla.
Todos los días se aprende algo, además divertidamente.
Gracias.
Fede
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La cabeza de Sergitok es una fuente inagotable de ideas 😉 Nos alegra que te gusten sus historias 😉
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Ah!, No dije nada del dibujo, pero es fantástico…
Fede
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Sergitok va asumiendo roles, ahora también el de ilustrador. Es un genio 😉
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