Urgayo, Felino y Gorgo salieron a saltar en los charcos de barro. Gorgo salió corriendo, se resbaló y perdió sus gafas.
─ ¿Dónde están mis gafas? ¡No veo nada! – dijo Gorgo
Felino las encontró. Las gafas estaban muy sucias, así que las limpió y se las puso.
─ ¡Qué tonto Felino, pero si tú tienes buena vista! ¿Por qué te pones las gafas? ─ le preguntó Urgayo.
─ Las necesito porque últimamente no veo muy bien ─ respondió Felino.
─ Entonces dale las gafas a Gorgo que son suyas y vamos a la óptica para que te miren a ti la vista ─ dijo Urgayo.
Urgayo y Felino fueron a la óptica que estaba al lado del dentista. Cuando llegaron, se dieron cuenta que el óptico era el padre de Gorgo. Se llevaron una gran sorpresa.
─ Hola señoritos, ¿qué necesitáis? ─ preguntó Gorgorín, el óptico y papá de Gorgo.
─ Quiero que le revise la vista a mi amigo Felino, por favor. Parece que no ve muy bien ─ dijo Urgayo.
─ De acuerdo, pues siéntate en ese sillón y ponte estas gafas de aprender ─ dijo Gorgorín.
Felino le hizo caso al óptico, pero estaba un poco nervioso. Nunca se había mirado la vista.
─ A ver Felino, dime todas las letras del abecedario que se ve en la pared ─ dijo el óptico.
─ ¡Vale, eso es muy fácil! A, B, C, D, E, F ─ respondió Felino.
─ ¡Muy bien! Ahora, los números.
─ 1, 2, 3, … ¡Ups! ¡No veo los demás! ─ dijo Felino preocupado.
─ No pasa nada Felino, parece que vas a necesitar gafas para ver un poco mejor el resto de números.
Cuando el óptico le puso las gafas de números, Felino ya podía terminar de contar.
─ …4, 5 y 6 ¡Qué bien veo los números ahora! ─ exclamó Felino muy contento.
Además de las letras y los números, Felino veía muy bien todos los colores: el rojo, el verde, el naranja, el azul, el amarillo y el morado. ¡Estaba muy ilusionado!
Al acabar, Urgayo cogió unas gafas de muchos colores y le preguntó a Felino si le gustaban.
─ Sí, sí ¡son muy graciosas! Me llevaré esas ─ dijo Felino.
Urgayo y Felino, salieron de la óptica y se fueron con Gorgo a seguir saltando en los charcos de barro.
Sergio Gómez Quintero y papá (10 de octubre de 2018)
Un Felino con mala vista,
todo un hallazgo literario.
Menos mal que fue al oculista;
dada su naturaleza, era prioritario.
Lila: una presentación impresionante y emocionante. Ojalá todo vaya bien en el futuro. Os deseo mucha suerte.
Un largo abrazo.
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Muchas gracias Fede!!! Me encantó verte en la presentación, me sentí muy arropado y emocionado. Un abrazo fuerte de vuelta 😉
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Por cierto, me encanta tu pareado!!!
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