Pimientón era un lagarto mariposa muy dormilón. Se pasaba todo el día durmiendo y se despertaba por la noche. Una noche, nada más despertarse, salió corriendo muy rápido en busca de su amiga Seuya, una rata del bambú.
– Seuya!! Ayer me picó un mosquito acuático y no paro de rascarme todo el rato. ¿Qué puedo hacer? – preguntó Pimientón.
– No te preocupes, la picadura se curará sola y dejará de picarte – contestó Seuya.
– Oye, por cierto, ¿has estado alguna vez en la India? – volvió a preguntar Pimientón.
– Sí, claro. Fui con mi familia cuando era pequeña. Allí probé por primera vez el curry. ¡Estaba riquísimo! Lo comimos con arroz. ¿Por qué me lo preguntas? – dijo Seuya.
– Porque a mí me encantaría ir, tengo muchas ganas de volar en un mosquito helicóptero – respondió Pimientón.
Al día siguiente, los dos amigos fueron a la tienda de mosquitos helicópteros y compraron sus billetes para Jaipur. Pimientón estaba súper emocionado. Por fin iba a conseguir volar. Y, además, lo iba a hacer en un mosquito helicóptero dorado.
El vuelo salía a la una de la tarde. Pimientón y Seuya se fueron a sus casas a preparar sus maletas.
Llegaron a la India a las diez de la mañana. Pimientón se lo había pasado requetebién durante el vuelo. Cuando se bajaron del mosquito preguntaron por la cabaña donde iban a dormir. Un mono indio los trasladó hasta una habitación preciosa. Estaban muy cansados y durmieron un rato.
– Pimientón, te espero en la calle. Por favor, no tardes, tenemos que ir a visitar un templo – dijo Seuya nada más despertarse.
– De acuerdo, ahora mismo bajo – respondió Pimientón.
A los cinco minutos, Pimientón bajó a buscar a Seuya.
– Oye, Pimientón ¿por qué vas sin pantalones? – preguntó Seuya.
– ¡No te lo vas a creer! Se me han olvidado los pantalones en casa – respondió Pimientón.
– ¡Madre mía! No puedes ir sin pantalones por la calle. ¿Por qué no vamos al mercadillo hindú y te compras unos pantacas? – sugirió Seuya.
Corriendo, llegaron al mercadillo. Pimientón se compró dos pantacas, uno de color verde oscuro y el otro amarillo limón. Ya estaba listo para hacer turismo. Después de visitar el templo, tenían previsto un ascenso a la montaña.
Durante los días que estuvieron en la India hicieron muchas cosas: jugaron al pilla pilla, también al corre corre que te zampo, visitaron muchos templos y lugares preciosos,… fue un viaje agotador. El último día se lo pasaron tumbados al sol y la pobre Seuya se quemó la piel. Menos mal que ya se venían de vuelta a casa.
– Ha sido un viaje extraordinario – pensó Pimientón.
Sergitok Gómez Quinterillo y papá (8 de junio de 2018)
Gracias por esta historia en la India, ¡nada menos!. La ilustración de cada cuento es una novedad fantástica. Ánimo y un abrazo, escritores. Fede.
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Gracias Fede!!
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Maravilloso..estou profundamente emosionado..
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