Esta historia que narra Sergio es totalmente cierta, hace una semana que hemos adoptado a un pequeño gatito en apuros. Nuestra familia ha crecido y estamos encantados. Así es como lo ha vivido Sergio.
Tibet encuentra una familia
Había una vez un pequeño gatito que estaba abandonado en un cubo de basura.
Un día, una mujer paseaba por la calle cuando, de pronto, escuchó ¡¡Miauuuuu, miauuuuu!!. Era el maullido del gato pidiendo ayuda.
– ¡Vaya vaya, parece que ahí hay un gato! – exclamó la mujer. Voy a ir a buscarlo, parece que es pequeñito – continuó diciendo.
Cuando lo encontró, se llevó una sorpresa. No era un solo gato. Había dos más. Parecían hermanos. Uno era de color blanco y rubio y los otros dos parecían gemelos. Sus cuerpos eran blancos y sus orejas y rabitos grises. Estaban dentro de una cajita de zapatos. Eran demasiado pequeños y necesitaban ayuda y mucho cariño.
A la mujer le dio mucha pena y se los llevó a su casa para cuidarlos y buscarles alguna familia que quisiera adoptarlos. Ella tenía dos gatitos más y no se los podía quedar. Para diferenciar a los tres gatitos les llamó Cactus, Primavera y Burbuja.
Para buscar a una familia la mujer puso un anuncio y, en un plis plas, el papá de Sergio la llamó por teléfono para adoptar a Cactus.
Al día siguiente, Cactus y sus dos hermanitas fueron a conocer la casa de Sergio y Noah. Con ellos vivía también una perrita, muy guapita, que se llamaba Nita. Cuando llegaron a la casa, Nita no paró de dar brincos durante más de una hora. Estaba muy nerviosa. Poquito a poco, la perrita se fue tranquilizando y, por fin, los gatitos pudieron salir de la cajita y explorar la nueva casa.
Definitivamente, Cactus se quedó en casa de Sergio y Noah. Los dos hermanos se enamoraron del gatito porque era el más pequeñito y débil de los tres.
– Papá, creo que vamos a cambiarle el nombre a Cactus. A partir de ahora, se llamará Tibet. ¿Qué te parece? – preguntó Sergio
– Pues me parece que sí, que me gusta mucho el nombre que has elegido – dijo el papá.
A partir de ese día, Nita se hizo amiga de Tibet, Sergio y Noah jugaban mucho con él y le daban cariñito y papá y mamá se preocupaban de cuidarlo y darle de comer para que fuera poniéndose más gorditillo y se hiciera grande y fuerte.
Sergitok Gómez Quinterillo y papá (5 de mayo de 2018)